viernes, 31 de julio de 2009

El spa Peuma Hue

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Si quiere realizar un viaje relajante, recomendamos visitar el Spa Peuma. En este sitio todo conspira a favor de encontrar la paz del alma. La zona tiene una magia y una energía, que en los paseos por el bosque podrá descubrir la pureza del agua, la sabiduría del silencio, la belleza indescriptible de la vegetación y de los animales.


Cuando llegue, se sentirá como en casa. No es un Spa «formal», pues se caracteriza por ser el mejor lugar para estar en paz, bien con uno mismo, agradecido y maravillado por la vida. Es un lugar dónde se puede combinar un paisaje de montaña y todas las actividades que la Patagonia ofrece.


Está ubicado sobre la cabecera Sur del Lago Gutiérrez a 25 kilómetros de Bariloche. Su ubicación privilegiada permite hacer dentro de la propiedad todo tipo de actividades de montaña y agua al aire libre. Cuentan con 200 hectáreas de valle, montaña, bosque, cascadas y ríos, con 2 kilómetros de costa de lago, al pie de un cerro magnífico de laderas y cañadones escarpados. Varios senderos permiten andar a caballo, hacer trekking y escalada o remar en el lago.


El spa Peuma Hue en la Patagonia


En este lugar, además de la majestuosidad paisajística, encontrará un servicio de excelencia y el ambiente de lujo de un hotel cinco estrellas. La intimidad de cabanas o casas de familia; el contacto con la naturaleza, los animales, la belleza deslumbrante del Parque Nacional y un toque personal, son otros atributos que harán que viva experiencias inolvidables.


Tiene instalado un sistema de sogas en la montaña con caminata en altura en un tronco a 8 metros de altura entre 2 árboles, una tirolesa de 70 metros cruzando un cañadón con una cascada y un rappel de 30 metros que baja una pared vertical de un cañadón. También ofrece clases de tango, conciertos en el templo, masajes, yoga, tai chi, paseos naturalistas, birdwatching, pesca, entre otras actividades.


Peuma Hue es una estancia en el sur que reúne en un sólo lugar un poco de toda la Patagonia: lago, montaña, bosque, cascadas, valle, río. Una belleza imponente combinada con alojamiento de lujo, servicio personalizado y propuestas de todo tipo de actividades y experiencias al aire libre.


Empiece a planear un viaje maravilloso, en donde podrá compartir con la familia o amigos, beneficiándose de la energía del lugar y renovando su equilibrio físico, mental y espiritual a través de la magia de la Patagonia en Peuma Hue.

Paseos por la ciudad de Buenos Aires

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En la ciudad de Buenos Aires, diversas compañías ofrecen una manera diferente de conocer la ciudad. Le recomendamos realizar los tours en bicicleta. La idea es aprender sobre el lugar, sus habitantes, los diversos lugares como monumentos, plazas, edificios importantes e interesantes, de una manera que no lo haría.


Los itinerarios tienen una duración de 2 a 4 horas y no demandan mucho esfuerzo físico para quien los realice. Los instructores hablan ingles y español generalmente y disponen de todos los elementos necesarios como ser: cascos, candados y bebidas para los circuitos, como así también de seguros y atención médica si fuera necesario.


Es posible además, alquilar bicicletas sin guía y para eso cuentan con mapas detallados, con varios recorridos sugeridos con los cuales se puede disfrutar la ciudad sin perderse de nada. Más información en www.bue.gov.ar

El bosque de las misiones

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Al ingresar al Parque Nacional Iguazú, lo más recomendable es visitar primero el Centro de Interpretación Yvyrá Reta ("país de los árboles", en guaraní), ya que propone una necesaria aproximación científica sobre la exuberancia con que nos aguarda la naturaleza.


Un primer sector enumera las especies en peligro de extinción (como el macuco y el preciado yaguareté, el felino más grande del continente americano), explica la evolución de la selva y de las Cataratas, y recrea ambientes con la fauna y la flora del lugar Se destacan los grandes paneles dedicados a las hormigas y las mariposas.


Navegando por el bosque de las misiones


Imposible imaginarlo, pero ¡la selva misionera alberga 450 especies de aves, 80 mamíferos, 250 tipos de mariposas, 2 mil especies de plantas y 350 clases de orquídeas! Calificadas como "Maravilla Natural del Mundo", las Cataratas del Iguazú encuentran su origen hace 200 mil años en el actual "Hito de las Tres Fronteras", el punto de unión entre la Argentina, Brasil y Paraguay. Allí, además, confluyen el río Iguazú -que nace en la Serra do Mar y recorre nada menos que 1.320 kilómetros- y el Paraná.



A una falla geológica debemos agradecerle que la desembocadura del río Iguazú se convirtiera en una cascada de 80 metros de alto y, más adelante, en dos arcos de 2.700 metros de extensión.

miércoles, 29 de julio de 2009

Los bosques de palermo

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El Parque 3 de Febrero, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio Palermo, fue inaugurado el 11 de noviembre de 1875 por Nicolás Avellaneda. Más conocido como Los Bosques de Palermo, este parque fue creado por el Presidente Sarmiento con la idea de hacer un espacio que contenga toda la flora y la fauna de Argentina.


El Parque 3 de Febrero es uno de los espacios verdes más importantes de la ciudad de Buenos Aires y uno de los lugares preferidos por los porteños, quienes lo visitan tanto para pasear, hacer picnics o realizar algún deporte. Para los turistas es un paseo ideal, pues tienen la oportunidad de conocer gran parte de la flora de Argentina y al mismo tiempo realizar una típica actividad porteña.


La historia del parque se remonta a 1874, cuando el Presidente Sarmiento tuvo la iniciativa de crearlo. Un año después se llevó a cabo el acto de inauguración. La ceremonia fue realizada por el Presidente Nicolás Avellaneda, quien plantó una magnolia americana. Aunque es mucho más conocido como Los Bosques de Paíermo, el nombre oficial es 3 de Febrero, elegido en conmemoración a la derrota de Juan Manuel de Rosas en la Batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852.


Historia de los Bosques de Palermo en la ciudad de Buenos Aires


En sus inicios, el diseño del parque estuvo a cargo de los arquitectos alemanes Oldendof, Mauduit y Wysocky. De las obras también participó Jules Dormal, quien además fue uno de los arquitectos del Teatro Colón y del Congreso. El arquitecto Carlos Thays se encargó de realizar las reformas y las ampliaciones a partir de 1890. Carlos Thays fue muy reconocido en su área y el principal paisajista que trabajó en Argentina a finales del siglo XIX y comienzos del XX.


Sus lagos artificiales y numerosas obras de arte realizadas en bronce, piedra o mármol, distribuidas en las 80 hectáreas del parque, lo hacen aún más especial y lo convierten en el lugar ideal para pasar una bella tarde de verano. Se calcula que Los Bosques de Palermo cuentan con más de 12.000 árboles, entre tipas, talas y ombúes.


El Rosedal es uno de los sitios más visitados y para algunos, el lugar más bello del parque. Se encuentra en el centro mismo, en la plaza Holanda y fue inaugurado en 1914 por el paisajista Carlos Thays. Originalmente contaba con 14.700 rosales, y en la actualidad 12.000 ejemplares de rosas componen el espectacular Rosedal. Además de las rosas, cuenta con otros atractivos, como: La Glorieta, con rosales trepadores y enredaderas, el Patio Andaluz, que construido en 1929 y regalado por el gobierno de Sevilla, recrea un patio típico de dicha ciudad española. Un puente diseñado por el arquitecto Benito Carrasco, atraviesa el lago del Rosedal. Otro atractivo, ubicado en el centro mismo, es el Jardín de los Poetas, con bustos de grandes escritores como William Shakespeare, Alfonsina Storni, Dante Alighieri, Federico García Lorca, Antonio Machado y Jorge Luis Borges.


Los Bosques son visitados por los porteños a diario, pero los fines de semana el parque se llena de vida, con cientos de personas recorriéndolo. En los lagos artificiales, se pueden realizar paseos en bote o en bicicleta de agua. Además, hace algunos años, los sábados, domingos y feriados, entre las 8 y las 20, un sector del barrio Palermo se convierte en peatonal. Así miles de personas pasean caminando, en bicicleta o en patines. El parque además es un lugar de entretenimiento en general, ya que se suelen realizar festejos, conciertos, maratones, entre otras actividades. Para los turistas, un paseo hermoso es el realizado en los carruajes llamados "mateos", desde la puerta del Zoológico hasta los bosques.


Desde el parque, el turista además puede aprovechar para recorrer el barrio Palermo, uno de los más grandes de Buenos Aires. Su historia comienza en 1590 cuando Juan Domingo Palermo compró varios terrenos de la zona, donde cultivó frutales y vides. En 1832 Juan Manuel Rosas adquirió los terrenos para construir su casa, en las Avenidas Libertador y Sarmiento. Luego, la propiedad cayó en manos del General Urquiza, quien la convirtió en una Escuela de Artes, el Colegio Militar y la Escuela Naval. En ese entonces, Palermo quedaba aún en las afueras de la ciudad y muchas familias adineradas empezaron a mudarse allí. De esa forma, el barrio creció hasta llegar a ser lo que es hoy. El Zoológico, el Jardín Botánico, la Sociedad Rural Argentina, el Planetario Galileo Galilei, el Jardín Japonés, la Plaza Italia, la Avenida Santa Fe, bares, cafés, restaurantes, tiendas de ropas y de diseño, constituyen tan sólo algunos de los atractivos del barrio, que en definitiva es un lugar que debe visitar.

jueves, 16 de julio de 2009

Tilcara

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En viaje desde buenos aires hacia el noroeste de Argentina, la ruta va pasando por la fértil y eterna pampa, la siesta santiagueña, los paisajes lunáticos de los alrededores de Cafayate y la tupida selva salteña hasta llegar a los cerros luminosos que rodean Tilcara.



SANTOS SE ENAMORO DE TILCARA Y DECIDIÓ INSTALARSE COMO GUIA DE MONTAÑA. SU EXCURSIÓN EN LLAMAS ES UNO DE LOS TANTOS ATRACTIVOS DE LA ZONA.

Desde el llano, éstos se ven uniformes e impenetrables, una masa de roca árida no apta para la vida de los hombres. Sin embargo, por allí circulaban los pueblos originarios de la zona, comerciando su producción entre los diferentes asentamientos. Lo hacían en llamas, un animal autóctono y de andar cansino que se adapta a las rigurosidades del terreno y trepa sin problemas por sus escarpados senderos. Desplazadas luego por los caballos que vinieron en los barcos de los
españoles, las llamas comenzaron a desaparecer de la cultura norteña. En los últimos años, esta tendencia comenzó a revertirse gracias a la comercialización de su lana y su carne y a su atractivo turístico.

miércoles, 15 de julio de 2009

Las cataratas del Iguazú

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Las cataratas del Iguazú se visten de fiesta y sacan su mejor flora y fauna para la primavera un recorrido por un paraíso que late.


Mientras usted lee esta nota, las cataratas del Iguazú florecen y lo esperan. "Ahora se va a poner divertido", dice Sofía, una guaraní que vende artesanías a la vuelta de Igua­zú Forest (aunque de eso hablaremos más ade­lante). Se refiere a la primavera en ciernes que, para su comunidad, implica algo más que una nueva estación. Es el 21 de septiembre cuando estos aborígenes dueños de la selva paranaense festejan su nuevo año, celebran el "caaby poty", que significa "cuando llega la flor del monte". Es así que la naturaleza, junto a ellos, está de fiesta.


Todo renace e impregna de dulzura y color el aire. Según los pronósticos, gracias a las últimas heladas, este año habrá más flores que nunca, porque las langostas no sobrevivieron a tanto frío. Entonces las orquídeas estarán en su máximo esplendor, al igual que las "besitos", más conocidas aquí como alegrías del hogar. Todo se prepara para un nuevo comienzo, para que el que pise estas tierras deje que el agua lleve sus penas, potencie sus alegrías y vuelva a empezar.


Viajar a las cataratas del Iguazú


¿Qué se puede decir nuevo de las cataratas del Iguazú? Probablemente nada. Ya está todo dicho: que está en el corazón de la selva misionera, que fue y es tierra de guaraníes, que en el lado argen­tino se encuentran más de doscientos saltos (y que del lado brasileño hay sólo tres), que hay más de setenta especies de mamíferos y cuatrocientos tipos de aves, que se trata de un Patrimonio Na­tural de la Humanidad, y tantas otras cosas más. La belleza del lugar habla por sí sola y ha sido motivo de cantidades excesivas de palabras. Pa­radójicamente, lo que provocan al verlas es silen­cio. (Ojalá en este punto el tiempo se detuviera...) Silencio. La mente se frena y la boca, abierta. A lo sumo un "oooooohhh" puede brotar ante el asombro, pero nada más.


Sin embargo, el vacío se interrumpe siempre con algún "¡qué increíble!", "¡maravilloso!" o "¿me sacas una foto?". Pero ¿para qué arruinarlo? Silencio, sin más, porque las cataratas rugen e imponen respeto. Iguazú significa en guaraní "aguas grandes". Esta lengua tiene la virtud de la simple descripción. No hay doble discurso, lo que se dice es lo que se ve. Por ejemplo, a la pelota se la llama "vacapipopo", que significa "cuero de vaca que salta". Quizás el idioma de la selva sea el único que esté a la altura de las circunstancias.


No necesita marketing. Si bien los dos mil metros cúbicos de agua por segundo que lanzan estas cataratas hablan por sí solos, el Parque Nacional que cobija este prodigio natural merece un párrafo aparte. En los últimos cinco años, una unión transitoria de empresas misioneras invirtió lo suficiente para convertir el gran paseo en un verdadero parque de diversiones. Esta área protegida cuenta hoy con un trencito ecológico que lleva a los distintitos circuitos, incluso al más remoto: la Garganta del Diablo. Esta parada de foto obligada implica alguna bolsa para proteger la cámara, porque el agua es dueña y señora y no tiene recaudos. Uno sí se puede mojar, porque el calor arrasa (aunque para los más cuidadosos hay pilotines que se venden en la entrada).


Hay gift shops en todas las paradas, al igual que baños y restaurantes. El parque ofrece desde comida rápida hasta parrillas, donde uno no puede dejar de comer chipas a las bra­sas (con harina de mandioca y queso fundido). Incluso las pasarelas que se hunden en la selva se han ensanchado y permiten observar todos los saltos sin empujones. Vale aclarar que, como en todo punto turísti­co, es mejor evitar las temporadas muy altas (vacaciones, fines de semana largos), porque entonces el tumulto también forma parte del paisaje. Dentro de la reserva uno puede hacer desde floting -así se llama a la excur­sión río adentro para ver la fauna y flora del lugar- hasta la Gran Aventura, que invita a los valientes a sumergirse debajo del salto Bosetti, luego de un paseo por la selva y el río Iguazú. Lo que se dice adrenalina pura. Eso sí, uno puede comprar los pilotines de la entrada, pero no le ayudarán de nada, no hay manera de no quedar hecho sopa, pero como nuevo. Sin duda, un efecto del agua.


EL DESCANSO

El agua lo deja a uno planchado, no solamente por el ritmo exigido del circuito inferior que sube y baja, ni por los dos kilómetros de extensión del superior; uno llega al hotel como si hubiera esta­do todo el día nadando en una pileta de natación: con hambre y sueño.


El hotel Sheraton enclavado en el corazón del Parque Nacional Iguazú se erige como un oasis luego de tanta emoción. Es sin duda el alojamien­to más privilegiado de la zona, porque tiene la Garganta del Diablo como vista desde cualquier ángulo. Allí uno siente la selva de tal manera que en las habitaciones se aconseja cerrar las venta­nas para evitar una invasión de monos. En el restó del lugar se ofrece, además de un menú rico en ingredientes típicos y productos na­turales creado por el chef Octavio Chazarreta, un buffet imperdible. A la hora del almuerzo y de la cena, el comedor se llena de lechugas de infinitos colores y formas, pescados sabrosos, carne que le hace honor a la fama argentina y un sinfín de frutas tropicales. Regocijan el estómago del más hambriento; sólo falta mimar el cuerpo.


El hotel dispone de una nueva joyita en materia de relax: el Seda Pool & Spa, que cuenta con revolucionarios tratamientos. Nada de terapias importadas, las técnicas de bienestar que ofrece fueron creadas exclusivamente para este hotel y luego registradas al comprobar el éxito. En este ambiente tranquilo, de mosaicos de ve-necitas que forman orquídeas y distintos azules en las paredes, se puede optar por la pileta lúdica para empezar. No se trata de una pileta clima-tizada de natación, sino de una con diferentes chorros y cascadas para aflojar el cuerpo luego de la jornada. Como si fuera un jacuzzi gigante que masajea con manos de agua.

sábado, 11 de julio de 2009

La fauna en el litoral argentino

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A pesar de acercarnos a menos de un metro de distancia, un yacaré permanece inmóvil hasta la exasperación, camuflado entre el follaje y con su sarcástica sonrisa de dientes desparejos. Aparenta no inquietarse ante nuestra presencia pero no nos quita tos ojos verdes de encima porque, en realidad, está bien pendiente de nuestros movimientos.

Cuando menos lo esperamos, da un coletazo, se sumerge en la laguna Ibera y se pierde de vista. El guía enciende el motor de la lancha y seguimos navegando hacia el arroyo Miriñay.


Al cruzar el trigésimo yacaré, estamos en condiciones de distinguir al yacaré negro del ñato u overo (las dos especies de caimán que habitan en la Argentina), sabemos que llega a medir dos metros de largo y a pesar 55 kilos, y observamos cómo nada con las patas pegadas al cuerpo y se desliza en el agua con el impulso de la cola como si fuera un timón.



Como es la fauna en el litoral argentino



Los yacarés pueden resistir hasta quince minutos sumergidos y se alimentan de peces, pichones y carpinchos chicos. Ante el peligro de su extinción (se los cazaba por su carne y su piel codiciada para la confección de zapatos y carteras), en 1983, quedó prohibida su caza en forma definitiva.

Al detenernos en un canal más angosto que la lancha, vemos cómo la vegetación sirve de refugio para una familia de carpinchos o "capybara", en inglés, según señala el guía. Nos muestra entonces a una pareja de estos enormes roedores y sus cinco crías, que transmiten una calma sorprendente: ellos saben que no escaseará la comida y que se encuentran fuera de peligro.



No es para menos, ya que todo su entorno es comestible y no tienen grandes depredadores. Los carpinchos viven 20 años y llegan a pesar 60 kilos. Tienen los ojos, el hocico y las orejas a la misma altura, de manera que pueden nadar con casi todo el cuerpo sumergido.

Al virar la lancha en la dirección opuesta, nos cruzamos con los poderosos hilos de decenas de telarañas que unen los juncos entre sí formando inquietantes redes donde se agrupan las colonias de arañas.

Superada esta instancia en el paseo, nadie lamenta la ausencia de palometas o pirañas que abundan en estas aguas, y mucho menos la de las boas constrictoras curiyú, las veloces ñacaninás, las culebras verdes o las yararás.

viernes, 10 de julio de 2009

Hotel boutique en Puerto Maderos

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El proyecto se presentó para construir un hotel en la nueva Terminal de Buquebus in Buenos Aires, Argentina. Se trata de una infraestructura con 250 habitaciones en una superficie de 1200 m2. Tendrá, además, cuatro subsuelos destinados a playa de estacionamiento.



El estudio de arquitectura "BundG", encargado del diseño del futuro hotel, sostiene la idea de mantener el estilo típico de Puerto Madero, con el ladrillo a la vista, sin superar los niveles de altura existentes; es decir continuar con la estética inglesa de los antiguos galpones.

Además el estudio propone levantar una estructura similar a un faro, situado en uno de los extremos del hotel, para hacer prevalecer el entorno portuario.



Como será el nuevo hotel boutique en Puerto Maderos



El hotel contará con locales comerciales en la planta baja, detalles de categoría y una piscina externa con una excelente vista sobre el Río de la Plata en Buenos Aires. El espacio corresponde a la Corporación Puerto Madero. Allí BUQUEBUS ganó la licitación y adquirió el terreno.



La otra parte a reciclar pertenece a la Administración General de Puertos. Se busca que el edificio sea funcional con respecto a la Terminal y apunta tanto a los pasajeros en tránsito, a los extranjeros o todos aquellos que quieran alojarse en un lugar privilegiado dentro del barrio más exclusivo de la ciudad.

viernes, 3 de julio de 2009

El litoral argentino

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Con intensidad, así se nos presenta el Litoral argentino. Una región que alberga los contrastes de la tierra colorada con los verdes de la selva subtropical; más de quinientas especies de aves y mamíferos; cultivos de yerba mate, té y tabaco en suelos bendecidos.


Al llegar al lugar, uno también se aproxima al legado de los jesuítas y guaraníes; a los mitos y leyendas populares; y a las aguas siempre abundantes.


Principales atracciones del litoral argentino


Enmarcadas por los ríos Paraná y Uruguay, las provincias de Corrientes y Misiones encierran tesoros naturales y culturales únicos en la Argentina. Desde los remansos de los Esteros del Ibera a los saltos estridentes de las Cataratas del Iguazú, estos paisajes sorprenden a cada paso por su exuberancia y su despliegue de color.



Precisamente, este viaje comienza en el noreste correntino con un primer objetivo: recorrer los Esteros del Ibera y conocer la riqueza de su flora y fauna.

Ubicado a 815 kilómetros de Buenos Aires, este ecosistema fue declarado Reserva Natural en 1983 y Humedal de Importancia Internacional en 2002. Hemos arribado por fin al segundo humedal más grande de Sudamérica. Después del Pantanal brasileño es uno de los más importantes del mundo.